14 feb 2008

Un hombre que sabía querer


En recuerdo de Juan Carlos Vázquez Viña

Cuando supimos de la gravedad de su enfermedad, y comenzamos a pedir su curación, pensábamos que el Señor nos iba a escuchar porque… ¡cuánto necesita Él de personas como Juan Carlos! Pero su lógica no es nuestra lógica, sus caminos no son nuestros caminos: Él sabe más, mucho más y Juan Carlos era ya “una bella rosa llena de lozanía” y ÉL la llevó “para su jarrón del Cielo”.
Tras múltiples e intensas experiencias educativas, como la dirección del Colegio Mayor La Estila, recaló en Montecastelo como profesor hace siete años. Fue aquí donde pudimos compartir con él la apasionante labor docente y orientadora. ¡Cómo amaba su profesión y sabía buscar lo positivo de cada persona y situación!
Si hubiese que destacar una virtud en él (entre las muchas que poseía), resaltaríamos la magnanimidad, su gran corazón. Era todo humanidad. Su sonrisa acogedora y a la vez pícara, su postura física, su actitud, invitaban a todos a la paz y descanso en su presencia. Era de esas personas que tienen una corona invisible con las siete grandes virtudes y a cuyo lado se disfruta de esa paz y serenidad que él poseía.
Es grande el rastro que dejas, Juan Carlos, en todos los ambientes y lugares en que te movías. A tus familiares, amigos, colegas y alumnos, antiguos y presentes, nos dejas tu ejemplo y la certeza de que harás lo que has escuchado a San Josemaría: “Desde el cielo os podré ayudar más”.

¡Que en paz descanses, Juan Carlos!

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