23 feb 2009

Aquellas maravillosas Olimpiadas...


Sobre el singular acontecimiento que ilustra el cartel que podéis contemplar a la derecha se ha dicho mucho. La verdad es que, muchas veces, no se sabe dónde acaba la realidad y empieza la ficción. Antiguos alumnos y profesores no se ponen de acuerdo sobre si este Festival Taurino ocurrió una sola vez o, por el contrario, fue en dos ocasiones. Tampoco queda claro cómo ocurrió el hecho de que una de las becerras escapase del recinto -a la sazón, el aparcamiento de profesores- y acabase en el hall de entrada del colegio. En cualquier caso, se trata de una de las propuestas más peculiares y, hay que decirlo, arriesgadas, que se han dado en nuestro colegio. ¡Y todo ello con un presentador de excepción: Bigote Arrocet!

Por cierto, si alguien puede arrojar luz sobre este "Festival Taurino" de las Olimpiadas de 1984, que no dude en ponerse en contacto con nosotros.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Que tiempos!! recuerdo que mi padre estaba en la Junta Directiva que contrató a Bigote Arrocet,las negociaciones...increibles recuerdos!!!
saludos

Anónimo dijo...

Recuerdo a Bigote vestido de torero en el parking de profes frente al club de padres donde nosotros ese año hicimos COU... !que recuerdos¡¡¡ Javier Fraga Reverter

Anónimo dijo...

Yo recuerdo que cuando salto la vaquilla aquello parecia los San Fermines. Todo el mundo escapando menos uno, D. Francisco Roura "el dire" que con su habitual tranquilidad parecia que la cosa no iba con él. Que recuerdos aquellos.
Que al final la cogieron entre varios a la fuerza.

Anónimo dijo...

Yo sí lo recuerdo perfectamente porque ese año mi profesor encargado era Fran Roura Jr., que confirmaba alternativa con Bigote Arrocet de padrino y el Cayeiro de testigo.
Todo el sistema de seguridad había sido diseñado con esmero por Saladino y Suso, o sea, el burladero eran unas tablas pegadas con masilla que naturalmente se vino abajo ante la primera acometida seria del bicho.
Total, que el toro, en su huída, se fue hacia el hall del colegio y allí lo trincaron entre varios de los mayores y nunca más se supo de él, pero se supone que estando tan cerquita del comedor ya sería más sencillo meterlo en la olla que reanudar el festejo, claro.
Como dato cómico de aquel día quedó la grave cogida que sufrió mi compañero David Otero y que le tuvo en la cama un par de semanas. Lo curioso es que poco tiempo antes, a David Otero le había embestido el perro del Señor Sindo y como la mejor defensa es un buen ataque, David se libró de su oponente pegándole un mordisco en los mismísimos huevos. Aquello nos dolió a todos, pero sobre todo al perro.
Le perdí la pista, a David, pero ante semejante racha, espero que no se haya encontrado nunca a un oso pardo mientras hacía sus necesidades en el bosque, porque en fin...
Desde entonces no ha habido más toros, que yo sepa. Una pena por la fiesta y por el espectáculo en sí.
Alfonso.

Anónimo dijo...

Cierto, ciertisimo... yo mismo acabe debajo del bus numero 9 para evitar la envestida. Lo que no se es lo donde acabo la vaquilla pero creo que fue reducida... seguro que Sindo fue uno de los valientes ¿no se si recordais cuando cayo del tejado del pabellon cyendo con suerte encima de la colchoneta de salto de altura? Este hombre podia con todo!
Paco

Anónimo dijo...

El paracaidista del pabellón fue Saladino, imitando otra gloriosa caída de su inseparable Suso, que se la pegó en el patio que hay entre la zona nueva y la vieja. Creo que aquel día consiguió sacarse por fin el cemento que tenía incrustado siempre en los ojos.
De las aventuras de tan entrañable pareja salió una famosa serie de televisión, Manolo y Benito.
Juan Pacín

Fran Roura Jr dijo...

Amplio datos:
El toro, porque era un toro, vaquilla podría serlo para los espectadores, salió huyendo tras un alimón que le hicimos los dos afamados diestros que eramos Luis Freire, el profe de química, y un servidor. El toro solo pudo ser parado por otro toro que era el sobrino de Rioboo que lo par al mas puro estilo de forçado portugués.
El final del toro, ahora si novillo, fue chuleteado y barbacoado al dia siguiente, yo mismo lo preparé a la parrilla. Curiosamente mientras el dia anterior la gente huia de el, al dia siguiente todo el mundo queria ganar su jubileo.
Esta versión es la definitiva