19 may 2010

Segunda sesión del COF Hablar de matrimonio

El viernes 14 de mayo, en el Hotel NH Palacio de Vigo, tuvo lugar la segunda sesión del Curso de Orientación Familiar "Hablar de Matrimonio", dirigido a novios y matrimonios jóvenes. Dicha sesión, titulada Amor y afectividad, corrió a cargo de José Ramón Castro Montoto, padre de ocho hijos y docente actualmente jubilado. Licenciado en Ciencias de la Educación y Diplomado en Orientación Familiar por la Universidad de Navarra, José Ramón dio clase en todos los niveles educativos de Montecastelo, labor que compaginó con  acierto con las tareas directivas y con la función de orientador del colegio en diferentes etapas.
En primer lugar, realizó el análisis de un caso relacionado con el tema de la sesión, a partir de las aportaciones de los asistentes. Luego, tras una introducción acerca de las diferencias reproductivas entre los animales y las personas, así como sobre las características y comportamientos de éstas, se proyectó un vídeo sobre la tendencia poblacional en el mundo, y en España, para las próximas décadas. El impacto que causó este vídeo en el auditorio fue considerable y, por ello, desde esta redacción recomendamos encarecidamente su revisión:

A continuación se estudiaron las diferentes fases del noviazgo: el enamoramiento, como resultado de la atracción sexual, el amor romántico y el amor matrimonial, que es una acto de la voluntad: "decido quererte, me impongo como tarea y obligación el quererte". El amor matrimonial, que conduce a la felicidad de los cónyuges y de los hijos, supone el buscar el bien del otro y su mejora y tratar de extirpar de la propia vida el apego a nuestra comodidad, la tentación al egoísmo y la tendencia al lucimiento propio. La sociedad actual, con su carga de erotismo, hedonismo y permisividad, pone muchos obstáculos para vivir la fidelidad conyugal que conduce a la felicidad.
Para terminar, el ponente afirmó que la familia es el mejor sitio para nacer, crecer, vivir y morir como personas. Es el lugar donde se le valora a uno por lo que es y no por lo que tiene. El secreto está, según José Ramón, en aplicar la Teoria Z en la familia, es decir, en vivir TODOS los valores del cariño, la alegría, la tranquilidad, la confianza y la delicadeza.

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